Historia del faro
El primer faro se construyó en el año 1864 y contaba con dos fareros dedicados a su mantenimiento. Aquel fue el primer año en el que los marineros que cruzaban las aguas mediterráneas podían delimitar donde se encuentra la punta del Fangar.
Con mucha frecuencia el faro quedaba inundado por el mar, como si el propio faro flotara en aguas mediterráneas.
En 1929 se automatizó su funcionamiento, de manera que no hacían falta fareros para iluminar el mar, sino que el faro, por sí solo, realizaba esa función. Durante la Guerra Civil Española el faro se quemó y en 1956 se restauró y reforzó. No obstante, no fue hasta finales de 1972 que se sustituyó por el actual.
Cómo llegar al faro
El faro, de 20 metros de altura, se encuentra en la punta del Fangar, península arenosa de unas 400 hectáreas. Como curiosidad podemos decir que en la punta del Fangar se rodó el videoclip de la canción Vértigo del grupo U2 y la película Sahara, protagonizada por Penélope Cruz y Matthey McCounaghey.
Para poder llegar al faro tenéis que dejar el coche en el parking de la playa de la Marquesa, delante del restaurante Vascos, donde después de la caminata al faro podréis disfrutar de un buen arroz y un refrescante licor de crema de arroz Segadors del Delta, que seguro que os lo habréis ganado.
Aproximadamente hay una caminata de una hora hasta el faro. Se llega bordeando la playa y no se puede acceder con vehículo ni otro transporte ni por en medio de las dunas, ya que la playa de la Marquesa y la punta del Fangar son espacios protegidos y algunos tramos se encuentran cortados, por lo cual tendréis que pasar caminando por el agua. A lo largo de esta caminata podréis contemplar las maravillosas dunas de arena, consideradas las mejor conservadas del litoral catalán y delimitadas por el Parque Natural del Delta del Ebro como zona protegida por la nidificación de aves. Cabe decir que Segadors del Delta da el 1% del beneficio de sus productos al Parque Natural del Delta del Ebro.
También podréis disfrutar de la gran extensibilidad de la playa, donde podréis remojaros y coger fuerzas para volver a emprender la ruta hacia el faro. Y, si cogéis un buen día, hasta podréis observar espejismos y ver reflejado el faro en el suelo. Un auténtico placer para la vista, que os resultará un reencuentro con vosotros mismos y con la naturaleza.
Una vez lleguéis al faro, os damos un consejo: abrid bien los ojos y contemplad, haced un giro de 360º sobre vosotros mismos y disfrutad del maravilloso espectáculo que nos da la naturaleza.
Desde allí mismo podréis observar el Fangar en toda su extensión y más allá podréis ver los pueblos de Camarles, L’Ampolla y L’Ametlla de Mar, también el puerto y toda la bahía, dando cabida a un horizonte en el que se mezcla el mar con el cielo.